Es una disciplina científica útil en procesos donde se dificulta el reconocimiento o identificación de la víctima. La necropapiloscopía reúne una serie de herramientas y técnicas que permiten reacondicionar los tejidos de las manos y de los pies hallados en los restos cadavéricos, de esta manera mediante la dactiloscopía se puede lograr obtener una imagen más clara de los diseños de las crestas papilares de los dedos.
Dependiendo del tipo de cadáver y la manera de su descomposición, el proceso para la identificación consiste en cortar y extraer un fragmento de la piel para analizarla. Algunas circunstancias que dificultan el reconocimiento y la identificación de un cadáver están sujetas a factores tales como: el estado de salud previo que tenía la persona, su intervalo de post-mortem, su corporalidad, entre otros. Para realizar la necropapiloscopía es necesario identificar la condición de los restos humanos ya que cada uno es diferente.
También te puede interesar: 5 cosas que debes saber sobre la Medicina Forense

Clasificación de cadáveres
Cadáveres frescos
Si el cuerpo aún no presenta rigidez se procede de la misma manera como se haría en una persona viva. Además, una vez se destruye el tejido epidérmico debido al proceso de descomposición, es necesario aplicar calor sobre los músculos afectados hasta que éstos regresen a su flexibilidad natural para tomar la muestra. Los estudios indican que la rigidez cadavérica sucede a las siete horas de producido el suceso.
Cadáveres en estado de putrefacción
Entre 21 a 28 días se puede producir la destrucción del tejido total dependiendo de la temperatura o de la manera de muerte de la persona. Para hacer el pertinente estudio en este tipo de casos, el necropapilóscopo solo requiere una parte de piel que se encuentre bien conservada para poder analizarla.

Cadáveres quemados
Los restos humanos en este caso se descomponen más rápido de lo usual, por eso es importante efectuar el proceso de análisis lo más pronto posible. Para este tipo de casos, se debe cortar y extraer un fragmento de piel, en caso de que éste se encuentre desecado, el necropapilóscopo debe proceder con una solución del 1 al 3% de hidróxido de sodio o potasio en formaldehído o alcohol. Si la epidermis (la capa externa de la piel) se encuentra dañada, los expertos deberán aplicar un líquido reconstructor para poder extraer esa parte de piel.
Te puede interesar: ¿Cómo se realiza una necropsia?
Cadáveres ahogados
Cuando un cuerpo es expuesto bajo el agua durante un gran lapso de tiempo, la piel sufre daños extremos. En este caso es necesario aplicar sobre la piel alcohol, bencina o acetona y luego dejar secar para analizar la muestra. Si ese proceso no da resultado, se deben sumergir los dedos en agua caliente.
Cadáveres momificados
Los restos en estos casos se encuentran totalmente rígidos por lo que es necesario aplicar tiza, talco, o una sustancia similar que permita rellenar la zona y visualizar los diseños para la correcta identificación del cadáver.

Un comentario
Hola, ¿cómo están?. Quiero saber si tienen información sobre Roberto Albarracín y Julio Roberto Fortunato, sobre su técnica y aportes de ellos.
Una pequeña correción, la clasificación de cadáveres ahogados está mal dicho, son cadáveres sumergidos.